martes, 4 de junio de 2013

Experiencia que me haya hecho llorar.

Una de las experiencias más bonitas que tengo en mi vida, es sin duda la que me sucedió el 22 de Junio de 2012, mi graduación de secundaria en el colegio de mi corazón: Espíritu Santo. 
Como ya he mencionado otras veces en este blog, durante trece de los diecisiete años de vida que tengo, he sido educada y criada allí, a veces parecíamos estar en una reunión familiar más que en una simple clase de colegio un día cualquiera.
En otros colegios, si es verdad que también los alumnos se llevan mucho tiempo juntos, pero puede ser que a lo mejor durante todos los años que estén en el colegio, no les toque posiblemente siempre con las mimas personas, es decir que la clase va cambiando, pero en mi colegio, con la clase que entrabas de la mano en tres añitos, era con la clase que salías llorando en cuarto de ESO.
Espíritu Santo es un colegio religioso, así que antes del acto de graduación se hacía una emotiva misa, que ya seas creyente  o no, te va a gustar, es muy bonita ya que todos los alumnos cantamos, realizamos los oficios de la misa como las lecturas, y nos despedimos de las hermanas que viven en el convento del colegio, que aunque ellas no sean profesoras, también nos han visto crecer durante toda la vida. 
Desde el primer momento en que empezamos a cantar todos juntos, empiezan a caer algunas lágrimas, pero es en el acto de graduación posterior, cuando comenzaron a brotar lágrimas de los ojos de todos como caños de agua.
En el patio, se realizaron discursos de los profesores, de las hermanas, y sobre todo, de nosotros, de los alumnos. Un compañero con mucho don de palabra, recitó un discurso, que a mi opinión, nadie de los presentes vamos a olvidar. En aquel momento cuando mi compañero empezó a recordar grandes momentos que habíamos vivido todos juntos, no pude evitarlo y comencé a llorar, eramos una gran familia y nadie quería que todo acabase, están los tópicos de que fuera del colegio nos seguiríamos viendo, pero todos en el fondo sabíamos que no todo volvería a ser igual. 
Después de los discursos, los alumnos nos cambiamos los uniformes y nos vestimos bien arreglados para la ocasión, ya todos estábamos más calmaditos, hasta que de nuevo comenzaron los llantos cuando pusimos un vídeo que hizo otra compañera con imágenes. En ese momento mi cabeza comenzó a nombrar a todos y cada uno de mis compañeros, y mi sonrisa y mis lágrimas a la vez, se dibujaban solas en mi cara, no podía evitarlo, tenía miedo de perderlos, miedo a que el cariño y la amistad se perdieran.
Mi graduación en el Espíritu Santo, es hasta el momento una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida que me ha tenido el poder suficiente de hacerme llorar, nunca podré olvidar ese día, ni al profesorado, ni mucho menos a mis compañeros, que tan guardados y presentes los llevo siempre en mi corazón.


4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta entrada ya que me siento muy identificada porque llevo con muchos de mis compañeros 13 años y el dia de la graduación lloramos tambien y nos emocionamos viendo un video ya que yo considero también a mis compañeros una gran familia porque he vivido muchas experienciasd con ellos.

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  2. Me ha gustado mucho tu entrada ya que este año he experimentado esa sensación porque llevo mucho tiempo con mis compañero y mas que compañero son familia porque me ha visto reír, llorar etc.

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  3. Me ha gustado mucho tu entrada porque este año en mi graduación he tenido la misma sensación que tu aunque no llore pero el día que estuvimos todos reunidos en clase para decir que fue lo que mas me ha gustado del colegio en estos 13 años me saltaron las lágrimas y eso. Me ha gustado mucho la

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